27/11/12

Tres estudios para una crucifixión: L' rimada


Un colegial

Un amigo

Un hermano menor del colegial

La madre del colegial

La muchacha que le gusta al colegial

(Cuarto del colegial. Al lado izquierdo, una cama en ¾, con la cabecera hacia el centro del escenario. Al centro, colgando en el vacío, un póster de una modelo en bikini. Al lado derecho, un escritorio en ¾, una silla con el respaldar hacia el público y una silla de comedor al lado derecho del escritorio. En oscuro entra el sonido de una explosión nuclear y se mantiene durante toda la escena. Entra luz general.)

El colegial y su amigo, estudian. Empiezan a tirarse papeles y a empujarse. Se levantan y forcejean. Durante el forcejeo, el amigo queda agachado y el colegial se la arrima. Goza con su ocurrencia. El amigo se vuelve, se indigna y luego se ríe. Patea al colegial. Siguen forcejeando.

(Oscuro. El amigo sale con la silla de comedor.)

El colegial está echado en la cama. Rueda una bola en el escenario desde la pata derecha. Entra el hermano. Se agacha a recoger la bola. El colegial salta de la cama y se la arrima. Goza con su ocurrencia. El hermano se va, bravo, a acusarlo.
(Oscuro.)

El colegial está echado en la cama, con los pies en la cabecera. Contempla el póster y se masturba. (Esto es un flash.)

(Oscuro.)

La madre limpia el cuarto con la aspiradora. Aspira debajo de la cama, agachada. Entran el colegial y su amigo. El colegial duda un momento pero va y se la arrima a su madre. Goza con su ocurrencia. El amigo se ríe, muy divertido. La madre agarra al colegial y lo golpea con el tubo de la aspiradora, se detiene y mira al amigo de su hijo y lo enjacha para que se calle. El amigo se calla, incómodo. La madre reanuda el castigo, el colegial se queja. El amigo se sigue riendo, menos ruidosamente y se va.

(Oscuro.)

El colegial estudia junto con la muchacha que le gusta. Un lápiz rueda y cae. La muchacha se agacha para juntarlo. (Todo se congela, hasta el sonido de fondo, menos el colegial.) Mira. Duda. Se la quiere arrimar, se levanta pero se contiene. (Todo esto es pequeño.) Se sienta, agitado. Baja la cabeza, turbado. Se descongela el resto de la acción y el sonido. La muchacha junta el lápiz y se sienta de nuevo. Siguen estudiando, per el colegial se mantiene con la cabeza agachada.

(Oscuro. Aumenta el volumen de la explosión.)

El colegial aparece agachado, con el culo hacia el público. No se mueve.
(Oscuro lento.)

26/11/12

Tres estudios para una crucifixión: Sin título


Ella

Él

La voz femenina

La voz masculina

(Sobre el escenario, al extremo derecho, una silla con el respaldar en ¾ hacia el frente y dando media espalda a una ventana que está al extremo izquierdo y que se encuentra orientada hacia la pata izquierda. En oscuro, se oye caer la tapa del excusado, tirada con violencia.)

Ella: ¿Y cuántas veces te tengo que decir que dejés la hijueputa tapa abajo?  (Se cierra la puerta del baño, violentamente.)

El: ¡Ya no soporto esta mierda!

(Entra luz general, lentamente. Al frente, en primer término, una cama desecha. A ambos extremos del frente del escenario, en cada uno hay una zona en penumbra y dentro de ella, un haz de luz sobre un pedestal.  Entran los actores VOZ FEMENINA y VOZ MASCULINA  quienes dirán los diálogos y permanecerán inmóviles hasta el final de la obra. ÉL está sentado en la silla; ELLA está mirando por la ventana.  Ambos están en planos diferentes, lo que parece un diálogo es el monólogo de cada uno de los personajes, cada uno cuenta su versión de la historia de la relación, desde un punto de vista “racional.”  El lenguaje corporal es  el ansia del otro, la memoria que añora y que surge del lado emocional de ambos. Esta noche han peleado como nunca y han llegado al punto en que se decide, de una vez por todas, el futuro de la relación.  Miran por encima del hombro, resentidos; el otro está en un indeterminado “allá,” lejos.  Empiezan el discurso con la resaca del pleito, con una hostilidad física muy evidente e intensa, pero conforme hablan se va diluyendo.)

La voz masculina: Lo supe desde la primera vez que te vi.  Llamálo destino, pero lo supe, no me preguntés cómo.  Pero lo sabía.  ¿Quién era yo sino un pobre diablo que dejaba registrada su angustia en las paredes de baños públicos?  Pero nos encontramos, ambos buscando refugio en medio de la tormentas de la muerte ansiosa.  Y entonces sí que supe lo que era estar vivo, lo que era saborear la existencia.  Abrazándote no había nada más que placer y calma, hallé la paz que nunca había sentido.  Fuiste como un haz de luz que se cuela dentro de una habitación donde el sol no ha brillado en años y desvanece todo el aire pesado y viciado que la llena. Sentí la sangre correr por mis venas, sentí los pasos desbocados del deseo en mi pecho cada vez que te tenía cerca,  en tu abrazo yo perdía la consciencia y la noción del tiempo, me zambullía en una espiral de dicha y piel morena, suave.  Con vos podía permanecer semanas entre las cobijas, revueltos el uno con el otro, sin otra cosa que beber que nuestra saliva, sin otro alimento que susurros queditos.  Entonces sí pude arrojarme al mundo, desafiarlo a que me hiriera y era imposible porque vos estabas conmigo, ya el mundo no era un lugar espantoso y lleno de tentáculos de anémona, sino que era un lugar sublime porque vos eras parte de él.  Vos eras un guiño del destino.  El universo y sus dioses desconocidos se compadecían de mí y me daban el obsequio de las horas con vos.  Y vos...  vos me levantaste del piso donde yacía cubierto de cenizas y hiel, me hiciste correr por los  campos descalzo y de cara al sol y me obsequiaste tus labios y el olor de tus pechos, tu lengua ágil y tu lucidez de sibila, me arrastraste como una ola de agua fresca y  me llevaste a la corriente de la vida, al filo vertiginoso de la muerte.  Eras una luz, una luz cegadora que me rodeó, que me permeó, que me consumió.

La voz femenina: Yo llegué a creer que ya todo estaba perdido.  Este mundo de púas, de escupitajos y navaja, me tenía en una cárcel de estropajo y benjuí, con un dolor sordo clavado en el pecho como una lanza.  Muchos recuerdan caras, yo recuerdo espaldas.  Mordía mi voz como un animal furioso, no la dejaba salir ya, para qué, si nadie oyó mis gritos.  Vivir era revolcarse entre vidrios.  Yo quería vivir, ser aceptada, pertenecer, pero fue como arrojarme desnuda sobre las brasas.  El buque de velas rasgadas y casco carcomido, el buque maldito y errante coronado de fuego fantasmal que se precipita entre los abismos acuosos de la tormenta, ésa era yo.  Y pasó lo que pasó, vos caíste en mi vida, surgiste de donde menos te esperaba, miraste al techo y me hiciste una pregunta inolvidable, tan inocente como un cuchillo ensangrentado.  Y tomé la mano que me tendiste, insolente chiquillo, la noche fue como una travesura donde se clavan las uñas en la espalda.  Y amaneció y vos todavía estabas ahí, me enjabonaste el cuerpo con mano firme y en tus regazos me senté y tomé un té que no era de hierbas sino de de otra cosa.  Es lo que eras, lo que yo nunca había tenido; yo dije, sí, puede ser.  Eras un sueño de crema de estrellas y cuerpo fuerte, un salvaje de pelo revuelto que me mordía el cuello y festejaba mi vientre, entre abrazos, murmullos y ropa rasgada, y un corazón brioso que me arrullaba con sus latidos.  Me sentí a salvo, segura, ya podía ir a enfrentar a mis demonios de noches largas, azufre y vómito.  Si yo caía, ahí estabas vos para atajarme, para besar mis ojos y jugar con mi pelo.  ¡Cómo quise tu sonrisa, tus cartas bajo la manga, el registro de tu voz, el sabor de tu sudor en tu pecho!   ¡Cómo te amé!  

(Ambos se mueven violentamente; Él se levanta, Ella avanza hacia el público, los dos gritan:)

Las dos voces: ¡Cómo te amo!

(Lenta y gradualmente, mientras se da el discurso, van el uno hacia el otro, buscándose corporalmente.  Nunca se miran.)  

La voz masculina: La fe son las chispas que caen desde el martillo que forjó el mundo; la esperanza es un corcel hermoso que corre por un desierto y la desgracia, mi desgracia, es el viento gélido que apaga unas y espanta al otro.  Vos fuiste mi desgracia, vos me fallaste.  ¿Qué no hice por vos?  Al dragón venenoso de mi furia lo enterré profundamente para que muriera de dormir.  No hubo nada que no te diera, abandoné todo lo que  me significaba algo para dedicarme a ti, desde la penumbra del día gateante yo saltaba a batallar contra el tedio y la marea odiosa de la vida decente, todo por vos y en la noche caía rendida entre tus brazos, que me recibían con la indiferencia de una piedra.  Te di mi carne cansada y mi sangre anhelante y vos te fuiste, maldito, a pasar largas temporadas en esa dimensión ignorada por mí y que me ignora.  

(En este momento se encuentran y hay un instante, cuando apenas se rozan con las puntas de los dedos, en que el universo se detiene.  Se descubren físicamente, se huelen, se acarician, muy sutilmente al inicio y van en crescendo.  Van hacia la cama.)

La voz femenina: Estabas ahí, pero tan ausente como un ciego sordomudo.  Volvías, sí, para revolcarte conmigo y peor aún, para acusarme de que yo no hacía nada por vos, a pedirme más, a juzgarme y señalarme con el dedo y a hundirme una espada en el pecho.  No hay dolor más grande que el que causan manos amadas y no han habido manos que yo amara más que las tuyas y yo sufrí tus afrentas, impotente como un árbol que cae, pero no me extrañó.  Todos me han traicionado, todos me han clavado el mismo puñal, ¿por qué vos no habrías de hacerlo?  Y fui castigada inmerecidamente, pagué y pago un precio cruel por quererte: arder indefensa en el infierno de tu amor descuidado.  Y volvieron mis demonios, indómitos como nunca, en un tropel de carcajadas y coágulos.  Y he luchado, como al que se le apaga la vida, he luchado por salvar esto, por salvarte, por salvarme, por salvarnos.  He querido creer, me he levantado contra el oráculo funesto, hasta el día de hoy en que se yergue invencible, con todo el peso de lo inevitable y tu artera complicidad.

La voz masculina: Desde el principio lo supe y te lo dije en aquella mesa, de aquel lugar, en un tiempo que ahora me parece que sucedió en otra vida: Vos sos un incendio y nadie que pase por vos sale sin marca.  Y yo soy el menos ileso de todos.  Te abrí mi mundo, te abrí la puerta a mi miedo y a mi dolor y vos me los restregaste en la cara.  Me has acusado de no estar, ¿y vos qué?  Sos como una torre con muchas ventanas y ninguna puerta, te has ocultado de mí, has guardado tu sufrimiento y yo queriendo saber, saber tu sufrimiento para aliviarlo y te lo has guardado como una vianda exquisita sólo para vos.  Te entregué un presente que no había entregado a nadie, mi ternura, y me respondiste con el ácido de tu verbo, con tu frialdad descarnada.  Y empezó el eterno retorno del llanto y el crujir de dientes, hasta que yo sólo esperaba el nuevo tajo y lo peor, lo peor era que esa esperanza maldita, esa previsión sí se cumplía, nunca era defraudada.  Y yo caí, me despeñé en el guindo de la desolación y grité por tu ayuda y no viniste.  En esos momentos, cuando más tenía la urgencia de vos, de tu aliento y tu abrazo tibio, me dejaste solo, solo como nunca y como siempre.  Y me he seguido aferrando a vos, pero sos como un haz de espinas y entre más me aferro, más me desgarro.

(Están a la orilla de la cama.  Se arrojan sobre ella.  Empiezan a hacer el amor lentamente y el ritmo aumenta.  El discurso se va uniendo, van de los gritos al susurro.)

La voz masculina: ¿Por qué no me oís?

La voz femenina: ¿Por qué no estás? 

La voz masculina: ¿Es éste el destino de los que se aman?  ¿Es que tiene que ser tan difícil?

La voz femenina: Te busco y no te encuentro, te busco en la noche de mi soledad, en el aguacero del resentimiento.

La voz masculina: Volvé a mí.

La voz femenina: ¿Es éste un amor maldito hecho con el fuego del Averno?

La voz masculina: Me hablás de tus pecados imperdonables, te negás tu perdón y el mío, cuando yo estoy dispuesto a dártelo, estoy anhelando dártelo.  ¿Por qué?

La voz femenina: ¿No ves que mi cuerpo te busca inevitablemente, atrapado en la órbita nebulosa de nosotros?

La voz masculina: Yo te veo allá, más allá, a través de la estática y los vidrios rotos, inmaculada, riendo; ésa es la que extraño, la que me necesita y yo necesito, riendo con tu risa, esa cascada límpida donde yo era redimido.

La voz femenina: En los infinitos universos, hay uno en el que estamos juntos y somos felices, donde la avalancha del hado inmisericorde no nos alcanzó ni nos alcanzará.  ¿Por qué no puede ser éste?  Ruego a los dioses porque éste sea el universo donde somos más desgraciados.  

(Lo último ha sido un susurro.  Lo siguiente va de un murmullo al grito final.)

Las dos voces: ¿Por qué estamos condenados a amarnos?  ¿Por qué tiene que ser una condena?  Todo lo que yo quería era encontrarte, era lo único que yo pedía, encontrarte y amarte por el resto de mi vida y crucé un océano de tiempo para lograrlo.  Vos me lo dijiste, ten cuidado con lo que pedís (Pausa.): Se puede volver realidad.  (Gritan:) ¿POR QUÉ TENGO QUE ODIARTE SI YO TE AMO? 

(Los actores que interpretan las voces cruzan los brazos frente a sus caras y sus respectivos haces de luz se apagan.  Simultáneamente Ella y Él se separan bruscamente.  Los planos se unen.  Vuelven a ver, tratando de ubicarse.  SE ENCUENTRAN.  No se tocan.)

Él: Hola.

Ella: Hola.

(Oscuro.)

25/11/12

Tres estudios para una crucifixión: Acto con cuatro palabras


Un hombre, vestido de blanco.

Su amigo.

Su padre, anciano.

Su mujer.


(Una silla con descansabrazos, en el centro del escenario.  Un cubo negro a la par, un cubo negro al frente de la silla.  Sobre ésta, el hombre, mirando al frente en una posición neutra que no cambiará en todo el acto.  En el cubo negro colocado a la par de la silla, está el amigo.  El hombre tiene en la mano un cuchillo, oculto al público.  Entra la luz general violentamente.  Hay un partido en un hipotético TV sobre el cubo que está frente a la silla.  El amigo sigue el partido con emoción.  Hay un gol.)

Amigo: ¡Gol!

(Se vuelve hacia su amigo.  Lo mira extrañado.  Lo palmea en el hombro, tratando de que reaccione.  El amigo se va a un rincón, y mira fijamente hacia el rincón; se queda ahí por el resto del acto.  Entra la mujer por una pata y se lleva el cubo-TV, saliendo por la pata opuesta.  Por ésta, entra el padre, lleva un bastón.  Camina despacio, con dificultad. El lugar es un parque.  El padre se sienta a la par de su hijo, en el hipotético poyo.  Mira a su hijo.)

Padre: Hola.

(Espera la respuesta, en vano.  Le da de comer a las palomas.  Agacha el cabeza, desolado.  Se limpia las boronas.  Se levanta y camina hacia la esquina opuesta de la que está el amigo.  Antes de llegar, se detiene; hay ventanas amplias entre él, el amigo y la pared.  Deja caer el bastón.  Abre las piernas al ancho de los hombros y las deja fijas contra el suelo.  Gira el torso en círculos amplios, lentamente, y su cabeza cuelga inanimada.)

(Entra la mujer con el cubo.  Están en su dormitorio.  Pone el cubo al lado del otro, formando una hipotética cama.  Alisa el edredón sobre ésta,  Se acuesta en al cama.  Toca a su marido con el pie, invitándolo.  Se incorpora y le susurra el oído [El público no oye,] :)

La mujer: Amor.  

(Lo espera, inútilmente.  Le vuelve la espalda, molesta.  Se aflige.  Se levanta bruscamente y le grita, sin hacer un sonido.  Se desarma y sigue gritando en el piso, revolcándose.  De pronto, ella y el padre se detienen.  El hombre deja caer el cuchillo; lentamente brota sangre de su boca y le mancha la camisa.  Se reanuda el movimiento, el padre sigue girando el torso pero más enérgicamente, el amigo grita gol repetidas veces, con furia y la mujer se sigue revolcando y ahora sí grita desesperadamente.  La luz de sala se apaga despacio, sobre el hombre queda un haz de luz difusa.  Ésta se empieza a apagar también, cuando está a punto de extinguirse, entra la luz de sala de nuevo, violentamente, como un relámpago, y oscuro.)

FINIS

24/11/12

la Reina celebra

en medio
del grande banquete
por el festejo de su natalicio
borracha-cha de vino
y risa
hace una pausa
y contempla en silencio
los años venideros de su reinado
y las cosas bellas y terribles
que traerán

y quiza en otro rato

recuerde 
a alguno de sus amantes

31/10/12

la Reina en tacones

como amo
el sonido
de tus pasos
que se acercan

firmes y seguros
como una conquistadora
que vuelve victoriosa

8/10/12

mono loco

no me agradan
ni esta manada
ni estos monos

quiero irme
quizá hallar 
otra manada
otros monos

tal vez
es mejor ser 
un mono solo

24/9/12

madrugada

mientras le cuento
a la Reina
sobre los planes futuros
Ella me dice

ya hicimos esto

y aunque tal vez quiso
decir que ya le había
contado al respecto
no dudé en responderle


mi Reina
ya hicimos esto

rato después
en la penumbra
y tirado en la cama
mientras Ella va al baño
luego de regarse
armo esto

luego
lo escribo desnudo 
mientras Ella me mira 
desde la cama 
lista 
para el segundo round

2/9/12

la especie

me he pasado la vida
manteniendo la mayor
distancia posible

a la hora de mi muerte
no puedo pedir
expirar en sus brazos

31/8/12

la naturaleza de la soledad

tiene dos caras
(como todas las cosas)

una es  
ciertamente dulce

y la otra es
intensamente amarga

19/8/12

tony scott

RIP
si todo sale
de acuerdo al plan
yo me he de ir
como él se fue
cuando mi hora llegue
voy a recordar este día

espero escalar mi cerca
también sin vacilar

13/8/12

el nacimiento de un motociclista

ha llegado la hora esperada
del niño que apenas habla
se cuelga a su abuela
y camina vacilante
preso de espanto y curiosidad
hacia el umbral familiar
y desconocido

afuera
un mechudo descastado
manipula una metálica
y adormecida bestia roja
que despierta de un rugido
y ronronea impaciente
mientras el otro la jinetea
fundiéndose ambos
en algo inexplicable y maravilloso
que incluso le silba un par de veces
y el delicado cristal de los infantiles ojos
es testigo de cómo se largan
rugiendo por la calle

y aunque muy posiblemente
el niño lo olvide
algún día
de alguna manera
lo recordará
y tendrá el apetito
por el único placer inventado
por el hombre moderno

11/8/12

temo

y ansío
que mis ojos
pierdan su luz
y se sellen
para siempre

quiza entonces
pueda por fin
ver

16/7/12

revuelta

mis palabras
se han alzado
en desobediencia
y dándome sopa
de mi propio
chocolate
me han convertido
en su esclavo

24/6/12

neo poema

aprovecho
para vengarme
deste hijueputa

verán
aunque andro odie
admitirlo
también siente miedo
de ciertas cosas
una de ellas
y que lo aterra no poco
es la de un día
simplemente morir
pero que encuentren
lo que quede de él
semanas
o meses después
por el olor
o peor aún
por casualidad

no pocas veces
ha llorado a solas
ante la gran posibilidad
de que por ahí
se bifurque su sendero

ahí tenés 
pedazo de carepicha
yo no te pedí nacer
ni ser como soy

21/6/12

hola

soy un poema
y andro me escribe

él se siente 
orgulloso de mí
como de sus otras
obras
aunque en ellas
más que todo 
habla de su soledad
y su cólera
y como todo le duele
yo poemariamente
lo considero un tipo delicado
(y algo llorón)
aunque no mal escritor
es lo bastante generoso
para dejar mi lengua suelta
y permitirme decir cosas que
él no quiere que otros sepan

12/6/12

réquiem verano

he cruzado la raya
que divide mi vida

ésta es la parte
en que muero

el niño perdido

a veces

por no decir
siempre

siento que

en algún lugar


y tiempo

indeterminados

dejé botada
mi humanidad

5/6/12

20/5/12

25/3/12

sangre yagami

el toque maldito de los dioses
arde en nuestras venas
y nos permite crear
este fuego sublime y fatal

nuestras madres mueren
con traernos al mundo
vivimos poco
y morimos con violencia

nuestro legado
la flama oscura

y se consumirá

en alguna nueva noche

19/3/12

androide

perdido
en algún rincón incógnito
yace obsoleto y roto
sus cables no llegan
a ningún lado
su mirada fija
en la indeterminada lejanía

desconectado

10/3/12

el caníbal

mientras traga
un trozo de los labios
de su amada
derrama ardientes lágrimas
y él mismo duda
si son de agonía
o dicha

5/3/12

artista 34

más allá de la mitad
de mi vida
me queda poco tiempo
y no hecho
absolutamente nada

3/3/12

los extraños

alguna vez
traté ser amado

alguna vez
intenté ser odiado

ahora
vivo
sin que me importen

el resultado
no cambia

20/2/12

j'accuse

que ocupo conseguir
sábanas nuevas
un sofá más resistente
una cama más fuerte
(y
ancha)
un chilillo sin estrenar
y mejores ataduras

todo ha caído víctima
deste amor que lo rompe todo

16/2/12

noche

y la bestia de hierro
ronronea deliciosa
(algo casi olvidado)
y coincidiendo
con lo que mi corazón
secretamente me pide

pista

11/2/12

come as you are

ya los he conocido antes
tenían otros nombres
se veían un poco distintos
pero son la misma gente

5/2/12

en noches así

de sed que no cesa
bebiendo
de inquietud incandescente
y plutónica
salgo a la calle
en busca de sangre

y siempre
siempre
la encuentro

2/2/12

tiranuelo

con sumo interés y gozo
ponía a pelear zompopas
y hormigas negras

con sus enormes mandíbulas
hacía que se cercenaran
los miembros

1/2/12

una noche

la musa y yo
tuvimos que andar
un trecho en moto


sólo había un casco
así que se lo di

a ella

29/1/12

impulso homicida

mis manos
atacadas por una comezón
que no me conviene
rascar

mi objetivo
vivir
causando el menor daño
posible

22/1/12

ven

a

mi

casa

siempre

serás

bien

venida

;-*

la musa y yo

heridos pero serenos
cubiertos con la sangre

de nuestros enemigos
contemplamos desde el risco
el incendio que hemos iniciado

quién será capaz de apagarlo

14/1/12

dōjutsu

cómo sobreviviré
este maldito mundo
en que mis ojos
son mi tesoro
y con mi propia mano
les clavo un puñal

7/1/12

sangra tu culito

tanto que querés
y helo aquí sangrando
sólo dejándotela ir
un poquito no más

paz y ciencia
amada mía
nunca fue más apropiado
decir que aquellos que perseveran
alcanzan

6/1/12

sexión

así es musa
hice esta trampa dulce
para nos
hiere pero no mata
está hecha con uñas y dientes
hundidos en la piel
ardiendo del impulso feroz
de mi sexo clavándose en el tuyo
(somos una perfecta máquina de carne)
y vos
con tus manos abriendo tus piernas
hasta más no poder
mi amor
bebe del sudor que me empapa
y alistate
para la leche dulce que de mí
sorbes golosamente
eso y más y algo así
musa
lo demás te lo demuestro
frente a frente
(o por detroit)

4/1/12

RIP el quinto jinete

en este instante
dejo atrás al mote
como a una piel gastada

ya es hora
de contemplar el mundo
cara a cara